Cuando se encuentra en el entorno apropiado, el CO2 es un gas valioso y con multitud de aplicaciones. No obstante, los últimos acontecimientos muestran que cada vez es más complicado y caro disponer de él.
¿Cuáles son las causas de que el CO2 sea más costoso? ¿En qué sentido pueden los generadores de N2 ser la solución? Averígualo mediante la lectura de este post.
Problemas en el suministro de CO2
A día de hoy, la expresión “crisis energética” no sorprende a nadie. Por diversas causas de difícil resolución, el precio del gas ha alcanzado límites estratosféricos.
Como la materia prima principal -el gas- es insuficiente, se encarece. En consecuencia, la producción de CO2 también lo está haciendo.
Según una de las empresas mundiales de distribución de dióxido de carbono más importantes de Asia, la cual ha disminuido el suministro al 50% de sus capacidades, “otros países de Europa también sufrirán escasez”.
Por lo tanto, nos enfrentamos a una situación extrema que requiere una solución de garantías a corto, medio y largo plazo.
¿Cómo satisfacen los generadores de N2 las necesidades de CO2?
Aunque se trata de gases diferentes, hay un gran abanico de aplicaciones en las cuales el nitrógeno puede suplir al dióxido de carbono. Pero con la diferencia de que es mucho más común y, por consiguiente, económico de producir.
Uno de los sectores que más se ha visto afectado en este sentido es el de la industria cervecera. El uso parcial de nitrógeno permite solventar la situación a las empresas, compensando la carencia de CO2 y los sobrecostes asociados al aumento de precios.
En este sentido, los generadores de N2 permiten tener independencia de los precios fijados por los gasistas. Al producir de forma autónoma la cantidad requerida, se evitan tanto las carencias de suministro como la especulación en su precio.
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